Chlorpromazine es un antipsicótico de primera generación utilizado principalmente en el tratamiento de trastornos psicóticos, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar. También puede ser efectivo en el manejo de síntomas severos de ansiedad y como antiemético en ciertos casos. Su acción se basa en la inhibición de receptores de dopamina en el cerebro, lo que ayuda a reducir la agitación y los delirios asociados con estas condiciones.