Al igual que todos los medicamentos, este medicamento puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran. La mayoría de los efectos adversos no son severos y normalmente desaparecen en unos días o semanas después del tratamiento.
Si usted o su hijo presenta un exantema, hinchazón de cara, labios, lengua o garganta con dificultad para tragar o respirar, pueden ser signos de una reacción alérgica. Informe a su médico inmediatamente o acuda inmediatamente a urgencias del hospital más cercano, y lleve este prospecto con usted.
Se puede producir un problema cardiaco, llamado prolongación QT, al tomar Eurartesim y durante unos días tras la última dosis. Esto puede producir una anomalía del ritmo cardiaco que puede ser mortal.
Su médico podrá realizar un trazado eléctrico del corazón (electrocardiograma, ECG) mientras usted o su hijo recibe el tratamiento y después de la administración de la última dosis. Su médico le informará cuándo se realizarán estos trazados.
Si observa algo diferente en su ritmo cardiaco o en el de su hijo o tiene síntomas (tales como palpitaciones o latido cardiaco irregular), debe ponerse en contacto con su médico lo antes posible y antes de tomar la siguiente dosis.
Algunas veces, después de recibir tratamiento contra la malaria, puede aparecer un problema con los glóbulos rojos llamado anemia hemolítica. Póngase en contacto con su médico inmediatamente si usted o su hijo presenta uno o más de los siguientes síntomas después del tratamiento con Eurartesim: palidez, debilidad general, dolor de cabeza, dificultad para respirar y latido cardiaco rápido (especialmente al realizar ejercicio), confusión, mareos u orina de color oscuro.
Efectos adversos en adultos
Frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 10 personas)
Anemia, dolor de cabeza, alteraciones en el ritmo cardiaco (cambios en el ECG o latidos cardiacos rápidos o palpitaciones), fiebre, debilidad general.
Poco frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 100 personas)
Gripe, infección respiratoria, poco apetito o pérdida de apetito, mareos, convulsiones (crisis epilépticas), frecuencia cardiaca irregular o lenta, tos, vómitos, dolor abdominal, diarrea, náuseas, inflamación o agrandamiento del hígado, lesión en las células del hígado, pruebas de la función hepática anormales, picor, dolor en los músculos o en las articulaciones.
Efectos adversos en niños
Muy frecuentes (pueden afectar a más de 1 de cada 10 personas)
Frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 10 personas)
Infección respiratoria, infección de oídos, anemia, anomalías en varios tipos de células sanguíneas (glóbulos blancos y plaquetas), poco apetito o pérdida de apetito, infección de ojos, alteraciones en el ritmo cardiaco (cambios como en los adultos, cambios en el ECG), dolor abdominal, vómitos, diarrea, inflamaciones de piel, exantema, debilidad general.
Poco frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 100 personas)
Anomalías en los glóbulos rojos, exceso de plaquetas, agrandamiento de algunos órganos (tales como el hígado o el bazo), inflamación de los ganglios linfáticos, convulsiones (crisis epilépticas), dolor de cabeza, ruidos cardiacos anormales (escuchados por el médico con un estetoscopio), hemorragias nasales, mucosidad nasal, náuseas, inflamación de la boca, inflamación o agrandamiento del hígado, ictericia, resultados anómalos en los análisis de sangre de la función hepática, picor e inflamación de la piel, dolor en las articulaciones.
Comunicación de efectos adversos
Si experimenta cualquier tipo de efecto adverso, consulte a su médico o farmacéutico, incluso si se trata de posibles efectos adversos que no aparecen en este prospecto. También puede comunicarlos directamente a través del sistema nacional de notificación incluido en el
. Mediante la comunicación de efectos adversos usted puede contribuir a proporcionar más información sobre la seguridad de este medicamento.