- si es alérgico a la metadona, benzoato o a cualquiera de los demás componentes de este medicamento (incluidos en la sección 6). La reacción alérgica puede incluir una erupción, picor, o dificultad para respirar;
- si padece ataques de asma (no debe tomar este medicamento durante un ataque de asma). Si usted toma este medicamento por sí mismo (auto-administración), espere a que el ataque de asma haya pasado y se haya recuperado totalmente;
- si usted es alcohólico;
- si está tomando inhibidores de monoaminoxidasa (IMAO) para la depresión o si ha tomado medicamentos de este tipo en las últimas dos semanas (Ver «Toma de otros medicamentos»);
- si no es adicto a drogas opioides;
- si padece problemas de corazón (prolongación del QT);
- si padece trastornos hepáticos graves;
- si está de parto.
Si tiene dudas respecto a las anteriores situaciones que podrían aplicarse a su caso, consulte con su médico o farmacéutico antes de tomar Misyo.
Advertencias y precauciones
Consulte a su médico o farmacéutico antes de empezar a tomar Misyo si usted padece:
- trastornos respiratorios graves;
- ha padecido recientemente un traumatismo craneoencefálico;
- trastornos hepáticos o renales;
- epilepsia;
- función tiroidea lenta (hipotiroidismo);
- trastornos de las glándulas suprarrenales;
- aumento de tamaño de la próstata;
- presión arterial baja;
- está en estado de choque;
- enfermedad caracterizada por la debilidad muscular, llamada miastenia grave;
- padece trastornos intestinales;
- padece uno de los factores de riesgo verificados de prolongación del QT:
- antecedentes de latido de corazón irregular;
- antecedentes de enfermedades cardíacas;
- antecedentes familiares de muerte súbita sin causa aparente;
- nivel bajo de potasio, sodio o magnesio;
- está embarazada o en período de lactancia;
- está muy enfermo o es paciente de edad avanzada. En estos casos, usted podría ser más sensible al medicamento.
Hable con su médico o farmacéutico si presenta alguno de los siguientes síntomas mientras está tomando Misyo:
- debilidad, cansancio, falta de apetito, náuseas, vómitos o hipotensión arterial. Esto puede ser un síntoma de que las glándulas suprarrenales están produciendo una cantidad muy baja de la hormona cortisol, por lo que puede tener que tomar un suplemento hormonal.
El consumo a largo plazo puede causar una disminución de los niveles de hormonas sexuales y un aumento de la hormona prolactina. Consulte a su médico si presenta síntomas como disminución de la libido, impotencia o ausencia de menstruación (amenorrea).
Trastornos respiratorios relacionados con el sueño
Misyo puede causar trastornos respiratorios relacionados con el sueño como, por ejemplo, apnea del sueño (pausas respiratorias durante el sueño) e hipoxemia relacionada con el sueño (bajos niveles de oxígeno en la sangre). Los síntomas pueden incluir pausas respiratorias durante el sueño, despertares nocturnos por la falta de aliento, dificultades para mantener el sueño o somnolencia excesiva durante el día. Si usted u otra persona observa estos síntomas, póngase en contacto con su médico. Su médico podría considerar una reducción de la dosis.
Tolerancia, dependencia y adicción
Este medicamento contiene un medicamento opioide denominado metadona. El uso repetido de opioides puede disminuir la eficacia del medicamento (su organismo se acostumbra al medicamento, esto es lo que se conoce como tolerancia). El uso repetido de Misyo también puede causar dependencia, abuso y adicción, lo que puede dar lugar a una sobredosis potencialmente mortal.
La dependencia o la adicción pueden hacerle sentir que ya no tiene el control de la cantidad de medicamento que necesita tomar o con qué frecuencia debe tomarlo.
El riesgo de volverse dependiente o adicto varía según la persona. Puede presentar un mayor riesgo de volverse dependiente o adicto a Misyo si:
- Usted o algún miembro de su familia tiene antecedentes de abuso o dependencia del alcohol, medicamentos de venta con receta o sustancias ilícitas (“adicción”).
- Alguna vez ha tenido problemas con su estado de ánimo (depresión, ansiedad o un trastorno de la personalidad) o ha recibido tratamiento de un psiquiatra para otras enfermedades mentales.
Si nota alguno de los siguientes signos mientras toma Misyo, podría ser una señal de que se ha vuelto dependiente o adicto.
- Necesita tomar el medicamento durante más tiempo del recomendado por su médico.
- Necesita tomar más dosis de la recomendada.
- Está usando el medicamento por razones distintas a las prescritas, por ejemplo, “para calmarse” o “para ayudarle a dormir”.
- Ha hecho intentos repetidos y sin éxito de dejar o controlar el uso del medicamento.
- No se encuentra bien cuando deja de tomar el medicamento y se siente mejor cuando vuelve a tomarlo (“síntomas de abstinencia”).
Si nota alguno de estos signos, hable con su médico para abordar la estrategia terapéutica más adecuada en su caso, incluido cuándo es apropiado dejar de tomarlo y cómo hacerlo de forma segura (ver sección 3 “Si interrumpe el tratamiento con Misyo”).
Si tiene dudas respecto a las anteriores situaciones que podrían aplicarse a su caso, consulte con su médico o farmacéutico antes de tomar Misyo.
Toma de Misyo con otros medicamentos
Comunique a su médico o farmacéutico si está tomando, ha tomado recientemente o podría tener que tomar cualquier otro medicamento.
Metadona, hidrocloruro puede influir en la manera en la que actúan otros medicamentos. Al igual que otros medicamentos pueden influir en el funcionamiento de la metadona.
- al mismo tiempo toma o hace tan solo dos semanas ha tomado inhibidores de monoamidoxidasa (IMOA).
En particular, informe su médico si está tomando alguno de los siguientes medicamentos:
- otros analgésicos opiáceos;
- medicamentos que puedan afectar al estado mental (p.ej. tioridazina, feenotiazinas, haloperidol y sertindol);
- medicamentos para los trastornos cardíacos como verapamilo y quinidina;
- medicamentos para la depresión (desipramina, nefazodona, fluvoxamina, fluoxetina, paroxetina y sertralina);
- antiinflamatorios e inmunosupresores (p.ej. dexametasona y ciclosporina);
- antivirales, como los que se emplean en el tratamiento de la infección por el VIH (nevirapina, zidovudina, efavirenz, nelfinavir, ritonavir, amprenavir, delavirdina, lopinavir/ritonavir, ritonavir/saquinavir, abacavir, didanosina y estavudina);
- antibióticos (medicamentos utilizados para tratar las infecciones bacterianas) como ciprofloxacino y macrólidos como claritromicina, telitromicina y eritromicina;
- medicamentos utilizados para tratar las infecciones micóticas, como fluconazol, itraconazol y ketoconazol;
- cimetidina, para tratar las úlceras de estómago;
- naloxona para revertir el efecto de los fármacos opioides;
- medicamentos para detener el funcionamiento de fármacos opioides como naltrexona y buprenorfina;
- rifampicina, que se emplea para tratar la tuberculosis (TB);
- medicamentos para tratar la epilepsia como fenitoína, carbamazepina, fenobarbital y primidona;
- cannabidiol (un medicamento utilizado para tratar las convulsiones);
- gabapentina y pregabalina (medicamentos utilizados para tratar la epilepsia, el dolor nervioso o la ansiedad). Estos pueden aumentar el riesgo de sobredosis de opioides, depresión respiratoria (dificultades para respirar) y pueden ser potencialmente mortales;
- medicamentos que hacen ácida la orina como el ácido ascórbico (vitamina C) y el cloruro de amonio;
- medicamentos para tratar la diarrea (p.ej. loperamida, difenoxilato);
- medicamentos diuréticos (p.ej. espironolactona);
- medicamentos que dan somnolencia;
- metamizol, un medicamento que se emplea en el tratamiento del dolor y la fiebre;
- hipérico (una hierba utilizada en el tratamiento de la depresión);
El uso concomitante de Misyo y otros sedantes como las benzodiazepinas o fármacos relacionados aumenta el riesgo de somnolencia, dificultad para respirar (depresión respiratoria), coma y puede implicar riesgo de muerte. Es por ello que el uso concomitante solamente se plantea cuando no existen opciones alternativas de tratamiento.
En caso de que su médico le prescriba Misyo junto con otros fármacos tranquilizantes, la dosis y duración del tratamiento concomitante deberán limitarse por su médico.
Debe informar a su médico sobre todos los sedantes que esté tomando, y seguir al pie de la letra las recomendaciones indicadas por su médico acerca de la dosis. Podría ser útil informar a sus amigos y familiares sobre los signos y síntomas descritos arriba. Consulte a su médico cuando sufra alguno de dichos síntomas.
El riesgo de efectos secundarios aumenta si se consume metadona simultáneamente con antidepresivos (como citalopram, duloxetina, escitalopram, fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina, sertralina, venlafaxina, amitriptilina, clomipramina, imipramina, nortriptilina). Consulte a su médico si presenta síntomas como:
- cambios en el estado mental (como inquietud, alucinaciones, coma)
- pulso rápido, tensión arterial inestable, fiebre
- exaltación de los reflejos, descoordinación, rigidez muscular
- síntomas gastrointestinales (como náuseas, vómitos, diarrea)
Otros medicamentos que pueda estar tomando también pueden afectar al corazón (p. ej. sotalol, amiodarona y flecainida).
Debe informar su médico sobre cualquier otro tipo de medicamentos que esté tomando ya que pueden ser peligrosos si se toman junto con la metadona. En estos casos, su médico decidirá si es necesario controlar el corazón con un electrocardiograma (ECG) antes de iniciar el tratamiento para evitar que se presentes estos efectos.
La metadona también puede afectar a algunos análisis de sangre y orina (incluidas las pruebas antidopaje). Le rogamos que informe su médico si está tomando metadona antes de hacerse cualquier tipo de análisis.
Toma de Misyo con alimentos, bebidas y alcohol
Mysio puede tomarse con alimentos o sin ellos.
No beba alcohol si toma Misyo, ya que la metadona puede dar somnolencia y el alcohol le dará aún más sensación de sueño.
No beba zumo de pomelo si toma Misyo, ya que el zumo de pomelo puede modificar el efecto de la metadona.
Embarazo, lactancia y fertilidad
Si está embarazada o en periodo de lactancia, cree que podría estar embarazada o tiene intención de quedarse embarazada, consulte a su médico o farmacéutico antes de utilizar este medicamento.
Misyo puede usarse durante el embarazo tras una cuidadosa evaluación de la relación riesgo-beneficio por parte de un médico, preferiblemente bajo la supervisión de un centro médico especializado. El aumento de la dosis a un máximo de dos veces al día puede ser necesario para mantener la eficacia del tratamiento debido a cambios en el metabolismo durante el transcurso del embarazo.
El uso crónico durante el embarazo puede producir cambios en la habituación y adicción del feto a la metadona, así como en los síntomas de abstinencia después del parto, lo cual suele requerir hospitalización.
Tenga cuidado si se hace una prueba de embarazo ya que Misyo puede interferir en los resultados.
No debe tomar este medicamento si está de parto.
Hable con su médico si está dando el pecho o pensando en hacerlo mientras está tomando metadona, ya que podría afectar a su bebé. Vigile a su bebé por si aparecen signos y síntomas anormales, como una mayor somnolencia (más de lo normal), dificultades para respirar o flojera. Acuda inmediatamente al médico si observa cualquiera de estos síntomas.
Se ha notificado que la metadona produce disfunción sexual en los pacientes varones con tratamiento de mantenimiento.
Conducción y uso de máquinas
La metadona puede afectar gravemente su capacidad para conducir o usar máquinas, tanto mientras la toma como después de haberla tomado. Solo podrá volver a hacer estas actividades solo tras contar con la autorización de su médico.
Este medicamento contiene 300 mg de sorbitol líquido no cristalizable (equivalente a 210 mg de sorbitol) en 1 ml..
El sorbitol es una fuente de fructosa. Si su médico le ha dicho que es intolerante a algunos azúcares, o si le ha sido diagnosticada una intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF), un trastorno genético raro por el que una persona es incapaz de metabolizar la fructosa, consulte con su médico antes de tomar este medicamento.
En algunos casos, el sorbitol puede alterar la cantidad de metadona que se absorbe, en comparación con la cantidad ingerida. En dichos casos, pasar de Misyo 10 mg/ml concentrado para solución oral a otros medicamentos a base de metadona, que no contengan sorbitol, podría modificar la concentración de metadona en sangre y pueden reaparecer los síntomas. Si así ocurriese, contacte con su médico.
Misyo contiene benzoato de sodio
Este medicamento contiene 3 mg de benzoato sódico en 1 ml.
A pesar de que este medicamento no debe utilizarse en recién nacidos, es importante saber que el benzoato de sodio aumenta el riesgo de ictericia (piel y ojos amarillos) en los bebés recién nacidos (de hasta 4 semanas de edad).
Este medicamento contiene menos de 1 mmol de sodio (23 mg) por ml, por lo que se considera prácticamente “libre de sodio”.