Al igual que todos los medicamentos, MITOMYCIN-C 10 mg puede tener efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran.
Si estima que la acción de MITOMYCIN-C 10 mg es demasiado fuerte o débil, comuníqueselo a su médico.
La frecuencia estimada de las reacciones adversas se ha clasificado de la manera siguiente: Muy frecuentes (al menos 1 de cada 10 pacientes); frecuentes (al menos 1 de cada 100 pacientes); poco frecuentes (al menos 1 de cada 1.000 pacientes); raras (al menos 1 de cada 10.000 pacientes); muy raras (menos de 1 por cada 10.000 pacientes.
Los efectos adversos de mitomicina son, en general, frecuentes y moderadamente importantes. Las reacciones adversas son más frecuentes con dosis totales superiores a 50 mg/m2. Las más características son:
Trastornos del sistema inmunológico:
Frecuentes: fiebre, y picor (prurito).
Trastornos de la piel y tejido subcutáneo:
Frecuentes: alopecia, picor (prurito), destrucción de tejido (necrosis) y dolor en el punto de inyección.
Frecuente: Inflamación de las venas con formación de coágulos (tromboflebitis).
Trastornos gastrointestinales:
Muy frecuentes: náuseas (10-25%) y vómitos (14%)
Frecuentes: anorexia, úlcera bucal.
Algunas veces se experimentan náuseas y vómitos inmediatamente después del tratamiento, pero generalmente son leves y de corta duración.
Trastornos renales y urinarios:
Frecuentes: incremento de los valores de creatinina sérica y/o incremento de los valores de nitrógeno ureico en sangre.
Se ha presentado, ocasionalmente, toxicidad del riñón grave después del tratamiento, por lo que la función renal debe monitorizarse antes de empezar el tratamiento y después de cada ciclo.
Trastornos del sistema nervioso:
Frecuente: Sensación de hormigueo o adormecimiento (parestesia).
Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos:
Poco frecuentes o raros (<1%): expectoración de sangre (hemoptisis), dificultad de respirar (disnea), tos y pneumonia.
Se ha registrado toxicidad pulmonar (disnea, tos no productiva y evidencia radiográfica de infiltraciones pulmonares) y fiebre.
Trastornos de la sangre y del sistema linfático:
Muy frecuentes: reducción de la producción de células sanguíneas (anemia aplásica) (64%) a las 2-4 semanas del inicio: disminución de la cantidad de plaquetas (trombocitopenia) (40%) y disminución del número de leucocitos (leucopenia) (<4.000/mm3) (50%).
Poco frecuente o raro (<1%): anemia.
Puesto que la principal toxicidad de mitomicina es la supresión de la médula ósea y, como resultado de ello, disminución de la cantidad de plaquetas (trombocitopenia) y disminución del número de leucocitos (leucopenia), los pacientes deben ser controlados durante cada ciclo de tratamiento, poniendo especial atención al recuento sanguíneo periférico, incluyendo el recuento de plaquetas. No debe repetirse la dosificación a menos que el recuento de leucocitos esté por encima de de 3,0 x 109/litro o más y el recuento de plaquetas sea de 90,0 x 109/litro o superior.
El máximo descenso se produce, generalmente, alrededor de la cuarta semana de tratamiento y la toxicidad es acumulativa, incrementándose el riesgo después de cada ciclo de tratamiento. Si la progresión de la enfermedad continúa después de dos ciclos de tratamiento, debe interrumpirse la administración del fármaco, ya que la oportunidad de obtener respuesta es entonces mínima.
Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración:
Pueden producirse ulceración local y celulitis por vertido en los tejidos durante la inyección intravenosa, por lo que la administración debe ser extremadamente cuidadosa.
Se ha registrado sangrado, erupciones y úlceras bucales. En raras ocasiones, se ha comunicado debilidad general y sueño profundo y continuado.
También se ha notificado Síndrome Urémico Hemolítico: consiste en la disminución de los glóbulos rojos en la sangre ocasionada por la destrucción prematura de éstos debido a alteraciones en la coagulación (anemia hemolítica microangiopática) (hematocrito o porcentaje del volumen total de sangre compuesto de glóbulos rojos <25%), disminución de la cantidad de plaquetas (trombocitopenia) (<100.000/mm3), insuficiencia de los riñones irreversible, acumulación de líquido en el pulmón (edema pulmonar) e hipertensión, con alta mortalidad (52%).
Otras reacciones comunicadas son: inflamación de la mucosa bucal (estomatitis), inflamación de los pulmones (pneumonitis intersticial), formación excesiva de tejido pulmonar (fibrosis pulmonar), cefalea, visión borrosa, confusión, somnolencia, pérdida repentina del conocimiento y de la sensibilidad (síncope), fatiga, vómito de sangre (hematemesis) y diarrea.
Si considera que alguno de los efectos adversos que sufre es grave o si aprecia cualquier efecto adverso no mencionado en este prospecto, informe a su médico o farmacéutico.