La quinina es un alcaloide extraído de la corteza del árbol de quina, utilizado principalmente en el tratamiento de la malaria. Actúa interfiriendo en la capacidad del parásito causante de la enfermedad para metabolizar y utilizar la hemoglobina, lo que contribuye a su eliminación del organismo. Además, en dosis bajas, se ha utilizado para aliviar los síntomas del calambre nocturno en las extremidades.